♦ Una de las cosas más importantes que puede hacer el habilitador es considerar una propuesta con una actitud flexible: ¿qué se puede hacer –por ejemplo– para nivelar la inestabilidad inicial del flujo de fondos con los períodos posteriores más estables?
♦ Hay que evitar lo más posible los retrasos en brindar la asistencia o respuesta prometidas al promotor. La pérdida de tiempo pone al promotor en un estado innecesario de estrés que bordea con la tortura. Las organizaciones habilitadoras deben estar preparadas para correr riesgos calculados y seguir adelante con la inversión, o directamente decir que no de entrada.
♦ El promotor y el habilitador deben ponerse de acuerdo en una forma regular y confiable de pasarse informes sobre el progreso. Esto continúa en la etapa de implementación cuando es esencial que el promotor no se desvíe del plan de implementación sin haberlo consultado. Hay que anticiparse a esta posibilidad en el momento de redactar el contrato de inversión o de servicio.
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