La miseria
es el producto
de una organización
económica deficiente. Las diferentes estructuras
económicas que frenan
el progreso pueden
listarse como
premodernistas,
mercantilista, intervencionista, y
de orientación hacia adentro.
Excluimos los modelos socialistas y comunistas de esta discusión, aunque el modelo intervencionista usualmente contiene muchas de sus características retardantes. Es preciso notar que todas las estructuras modernas son mezclas de diversos tipos; ningún modelo es exclusivo a un país.
Excluimos los modelos socialistas y comunistas de esta discusión, aunque el modelo intervencionista usualmente contiene muchas de sus características retardantes. Es preciso notar que todas las estructuras modernas son mezclas de diversos tipos; ningún modelo es exclusivo a un país.
Estructura pre-modernista
La estructura
pre-modernista o semi-feudal
data de la
Edad Media, cuando la
vida se percibía
como una lucha
repetitiva y continua,
y escasamente se tenía
una noción del
progreso. Es característica de la producción agrícola
que depende intensamente
de la mano
de obra, con poca
división de trabajo.
Puede consistir en parcelas pequeñas, en las cuales familias individuales producen cosechas tradicionales para consumo propio o venta en mercados locales, sin tecnología ni herramientas modernas, y frecuentemente con la obligación de pagar algún tipo de diezmo o feudo al terrateniente, O puede consistir, como ocurrió en la época colonial, de extensas plantaciones agrarias que producen cosechas para mercados internacionales bajo condiciones que traen a la memoria el trabajo esclavizado.
En cualquier caso, los trabajadores. Están virtualmente casados con la tierra local, aislados de la industria moderna y las amenidades disponibles en los mercados mundiales. La de ellos es una existencia monótona que provee poco incentivo para el mejoramiento personal y promueve la continua emigración de siervos analfabetas de las comunidades rurales a la. Ciudad capital y al mundo externo. Una muy alta tasa de reproducción generalmente acentúa estos efectos.
Puede consistir en parcelas pequeñas, en las cuales familias individuales producen cosechas tradicionales para consumo propio o venta en mercados locales, sin tecnología ni herramientas modernas, y frecuentemente con la obligación de pagar algún tipo de diezmo o feudo al terrateniente, O puede consistir, como ocurrió en la época colonial, de extensas plantaciones agrarias que producen cosechas para mercados internacionales bajo condiciones que traen a la memoria el trabajo esclavizado.
En cualquier caso, los trabajadores. Están virtualmente casados con la tierra local, aislados de la industria moderna y las amenidades disponibles en los mercados mundiales. La de ellos es una existencia monótona que provee poco incentivo para el mejoramiento personal y promueve la continua emigración de siervos analfabetas de las comunidades rurales a la. Ciudad capital y al mundo externo. Una muy alta tasa de reproducción generalmente acentúa estos efectos.
El feudalismo
puro no existe
como tal y desaparece gradualmente.
Sin embargo, sus vestigios
aún permanecen y
sirven para frenar
la prosperidad agraria que
es tan necesaria
para el desarrollo tercermundista.
Algunos de los factores que contribuyen a que desaparezca la estructura feudal en beneficio de estructuras más modernas son, brevemente: en el caso del pequeño agricultor, el acceso a mercados internacionales por medio de cultivos de exportación, así como el acceso a recursos de capital y mejoras tecnológicas, como fertilizantes, irrigación, y pick ups; en el caso de plantaciones, la modernización resulta de la creación de plantas procesadoras que transforman el producto agrícola en un producto vendible al mayoreo o directamente al consumidor en los mercados mundiales, la consecuente tecnificación y especialización de los trabajadores, y los sistemas que crean incentivos para mejoras en la remuneración, que están directamente relacionados con la producción para la venta externa.
Todo lo anterior señala la salida gradual de un estado de pobreza y la entrada a una existencia moderna más humana.
Algunos de los factores que contribuyen a que desaparezca la estructura feudal en beneficio de estructuras más modernas son, brevemente: en el caso del pequeño agricultor, el acceso a mercados internacionales por medio de cultivos de exportación, así como el acceso a recursos de capital y mejoras tecnológicas, como fertilizantes, irrigación, y pick ups; en el caso de plantaciones, la modernización resulta de la creación de plantas procesadoras que transforman el producto agrícola en un producto vendible al mayoreo o directamente al consumidor en los mercados mundiales, la consecuente tecnificación y especialización de los trabajadores, y los sistemas que crean incentivos para mejoras en la remuneración, que están directamente relacionados con la producción para la venta externa.
Todo lo anterior señala la salida gradual de un estado de pobreza y la entrada a una existencia moderna más humana.
La estructura mercantilista
El mercantilismo de antaño, de
los siglos XVII, XVIII, se caracterizó por la práctica de
parte de los
nuevos estados centralizados, particularmente Inglaterra, España. Francia y
los Países Bajos, de controlar su industria y comercio internacional.
Lo hicieron concediendo privilegios únicos a compañías individuales para producir y distribuir productos específicos, e intentaron proteger a estas compañías por medio de todo tipo de exclusión, tarifas y subsidios.
Lo hicieron concediendo privilegios únicos a compañías individuales para producir y distribuir productos específicos, e intentaron proteger a estas compañías por medio de todo tipo de exclusión, tarifas y subsidios.
Muchas prácticas
mercantilistas continúan dominando
la estructura industrial y
comercial de muchos países subdesarrollados. El exclusivismo y
los privilegios limitan
la entrada a
muchos mercados, impidiendo
así el crecimiento de una competencia
reductora de costos. La ley alberga a estos monopolios artificiales
de la intromisión
por otros.
El resultado son mercados que ofertan un número limitado de productos a altos precios, a una clientela reducida, favoreciendo así únicamente a los sectores más ricos y vedando a las masas una participación de los beneficios (en calidad y precio) del comercio mundial. En el mercado doméstico, los empresarios nacionales pueden subir los precios de sus productos protegidos por aranceles y tarifas y así vender bienes substitutos inferiores a un precio por encima del precio mundial; pero estos mismos precios altos impiden su participación en el comercio mundial.
El resultado son mercados que ofertan un número limitado de productos a altos precios, a una clientela reducida, favoreciendo así únicamente a los sectores más ricos y vedando a las masas una participación de los beneficios (en calidad y precio) del comercio mundial. En el mercado doméstico, los empresarios nacionales pueden subir los precios de sus productos protegidos por aranceles y tarifas y así vender bienes substitutos inferiores a un precio por encima del precio mundial; pero estos mismos precios altos impiden su participación en el comercio mundial.
Estructura intervencionista
El alza en la
intervención gubernamental en el
mercado es una
de las grandes causas
de la pobreza.
La intervención es
responsable por establecer dentro
del gobierno muchas
estructuras que crean
pobreza, en la forma
de ministerios y
departamentos con una
agenda aparentemente ilimitada.
Estas agencias son dirigidas por burócratas ineficientes, aunque bien intencionados, responsables por imponer una colección infinita de complicados programas, regulaciones, requisitos de elegibilidad, prohibiciones, reglas para reportes, cargas contables, y decisiones arbitrarias, las cuales a veces se duplican unas con otras o se contradicen.
Estas agencias son dirigidas por burócratas ineficientes, aunque bien intencionados, responsables por imponer una colección infinita de complicados programas, regulaciones, requisitos de elegibilidad, prohibiciones, reglas para reportes, cargas contables, y decisiones arbitrarias, las cuales a veces se duplican unas con otras o se contradicen.
Estas son
impuestas a los ciudadanos y
a las empresas
productivas de una nación.
Los costos administrativos de
esta carga reguladora contribuyen enormemente al déficit
incontrolable del país y generan, en la mayoría
de los casos,
beneficios dudosos para
el público maniatado,
el cual es obligado, so pena de multa o encarcelamiento, ya sea a
obedecer o a hacer pagos
ilegales cuando los
extorsionan servidores públicos inescrupulosos.
El mercado subterráneo o informal, que carece de aprobación y de protección legal, surge porque la mayoría de los pequeños productores no pueden cumplir con la multiplicidad de requisitos y pagos que la ley les impone.
El mercado subterráneo o informal, que carece de aprobación y de protección legal, surge porque la mayoría de los pequeños productores no pueden cumplir con la multiplicidad de requisitos y pagos que la ley les impone.
La convicción
de que el
gobierno debe tener
obligaciones ilimitadas hacia los
ciudadanos, y por
ende ser directamente
responsable por su
salud, educación, vivienda, vejez,
e incluso recreación,
ha contribuido en
gran medida a este
problema del intervencionismo.
Muy pocos servicios se escapan de este tutelaje directo. La burocracia estatal aumenta significativamente la ineficiencia y el costo alto de los servicios más esenciales y es responsable porque éstos sean inasequibles. En última instancia, la población nunca puede superar la pobreza del pasado y la desmoralización que crea este sistema, a pesar de una asignación inmensa para los gastos sociales.
Muy pocos servicios se escapan de este tutelaje directo. La burocracia estatal aumenta significativamente la ineficiencia y el costo alto de los servicios más esenciales y es responsable porque éstos sean inasequibles. En última instancia, la población nunca puede superar la pobreza del pasado y la desmoralización que crea este sistema, a pesar de una asignación inmensa para los gastos sociales.
Otra convicción
que crea un
insoportable freno sobre
la productividad de una nación es aquella que dice que el
gobierno tiene una responsabilidad reguladora inmediata sobre la actividad
privada de negocios y de banca.
La noción de que el gobierno tiene la función de intervenir en beneficio del consumidor, trabajador, e inversionista, que debe regular detalladamente los precios, salarios y tasas de interés, que debe ser el policía de primera línea de toda actividad de mercado, ha creado un paternalista e ineficiente super-control que tiende a encadenar la iniciativa y eficiencia empresarial, y a restringir las consecuentes ganancias que estimulan el crecimiento económico. Empobrece mucho más de lo que protege. Crea inseguridad en lugar de prosperidad. Frena en lugar de estimular.
La noción de que el gobierno tiene la función de intervenir en beneficio del consumidor, trabajador, e inversionista, que debe regular detalladamente los precios, salarios y tasas de interés, que debe ser el policía de primera línea de toda actividad de mercado, ha creado un paternalista e ineficiente super-control que tiende a encadenar la iniciativa y eficiencia empresarial, y a restringir las consecuentes ganancias que estimulan el crecimiento económico. Empobrece mucho más de lo que protege. Crea inseguridad en lugar de prosperidad. Frena en lugar de estimular.
Adicionalmente, los países mercantilistas suelen intervenir para estatizar (o nacionalizar) las industrias más esenciales al crecimiento, como las comunicaciones, a energía, y el transporte. La mayoría de estos países tiene únicamente una aerolínea nacionalizada, una compañía de teléfonos, y una compañía eléctrica, entre otros. El saldo es aún más ineficiencia burocrática, desperdicio, enriquecimiento de servidores públicos, y los consecuentes déficits y deudas.
Por ejemplo, Centro América necesita urgentemente de millones de líneas telefónicas más, las cuales no pueden proveer ni manejar las compañías estatales.
Otra característica del
intervencionismo es el inepto de controlar la unidad monetaria de
nación por medio
de una variedad de
políticas dirigidas por su
banco central.
El banco nacional es considerado el guardián de la moneda. Pero en sus inútiles intentos por financiar gastos públicos excesivos, acumular reservas internacionales, regular precios, y proteger la moneda nacional sobrevaluada, el banco destruye a la unidad monetaria, introduce distorsiones en la economía, e incurre en déficits cuantiosos.
El banco nacional es considerado el guardián de la moneda. Pero en sus inútiles intentos por financiar gastos públicos excesivos, acumular reservas internacionales, regular precios, y proteger la moneda nacional sobrevaluada, el banco destruye a la unidad monetaria, introduce distorsiones en la economía, e incurre en déficits cuantiosos.
Esto se debe en la mayoría de los
casos a la falta de disciplina monetaria y al
manejo político del
proceso de creación de
dinero. Así, la
oferta monetaria es continuamente
agrandada; y este proceso
inflacionario sirve sólo para
destruir la estabilidad, la confianza y la creación de capital.
Finalmente, ¿cómo
financia un país
tercermundista estas múltiples actividades? Prácticamente todas ellas
provocan grandes déficits, como es el
caso de los
servicios sociales, las
industrias nacionalizadas, los
bancos centrales, y la
casi omnipresente y
abultada burocracia.
Para obtener los recursos financieros necesarios, se apoyan en un sistema ineficiente y progresivo de recolección de impuestos, que crea una traba opresiva, en préstamos internacionales, que elevan la deuda pública del país hasta los cielos; y con relativa frecuencia, en la creación de dinero, lo cual es una medida inflacionaria que provocó las devaluaciones notorias en el pasado.
Para obtener los recursos financieros necesarios, se apoyan en un sistema ineficiente y progresivo de recolección de impuestos, que crea una traba opresiva, en préstamos internacionales, que elevan la deuda pública del país hasta los cielos; y con relativa frecuencia, en la creación de dinero, lo cual es una medida inflacionaria que provocó las devaluaciones notorias en el pasado.
El intervencionismo es una
indiscutible fuente del retraso económico y de la aparentemente incurable
pobreza del Tercer Mundo.
Estructura de orientación hacia adentro:
El comercio
internacional o interregional es
uno de los
principales vehículos para el
progreso. Los bienes
sujetos de este
intercambio son aquellos que el
país o la región exportadora produce en abundancia y a un bajo costo,
y los cuales
el país importador
no produce o
produce en cantidades
insuficientes y a un costo alto. Los países que participan en el intercambio se
vuelven más ricos
a medida que
aumentan los niveles
de comercio internacional.
Aquellos países
tercermundistas que dedican
sus esfuerzos principalmente, a
veces exclusivamente, a producir para el mercado local, e impiden
el comercio con
otras regiones, frenan
su propio progreso.
Tienden a
producir poco a un alto
costo y a
una baja calidad.
Esto se agrava cuando
introducen medidas intervencionistas para
proteger la producción local
ineficiente por medio de aranceles, subsidios y cuotas. El progreso que
se obtiene a
través de mercados
internacionales es mayor que el de mercados locales expandidos.
La ideología
económica de moda,
llamada estructuralismo, ha
intentado promover la producción doméstica a expensas del comercio
internacional y ha contribuido significativamente al
subdesarrollo de muchos
países latinoamericanos.
¿Por qué
consumir sus bananos
localmente, a cinco
centavos cada uno, cuando los puede vender por más de un
dólar a lugares con clima nórdico?
La lógica es vencedora.
En México PEMEX solo hizo más pobre a los Mexicanos
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